El lunes empecé mi vida universitaria con solo una cosa en
mente ¿Y si me pierdo y no encuentro mi salón? Era un miedo recurrente porque
no quería hacer el ridículo enfrente de personas más profesionales, digo, por
algo están en la universidad, aunque conforme pasaban los días de la semana me
preguntaba cómo unos habían llegado ahí, pero bueno…
Era domingo en la noche e intentaba forzar a mi cuerpo a
dormirse a una hora decente, claro que después de pasar tres meses en estado
zombie durmiendo a las cuatro o cinco de la mañana, pues, no era tan fácil.
Mientras veía el techo de mi cuarto intentando aburrirme lo suficiente para ya
dormir, en mi mente empezaba a hacer una pequeña check-list para el día
siguiente:
- ·
Conjunto de ropa: sí. Me pasé días enteros
pensando en lo que me iba a poner para empezar mi universidad con el pie
derecho. Pensaba entre estilos súper relajados a cosas muy extravagantes,
deshice mi closet ya que tenía ropa nueva que estaba lista para estrenar.
A la mera hora decidí irme por unos jeans
negros, una blusa blanca con un “fuck”, chaleco de mezclilla y unos creepers
color vino, algo relajado, chic y con mi estilo.
- ·
Mochila: mi mochila me costó un ojo de la cara
pero la A-DO-RO! Le cabe de todo y eso me dio una oportunidad para llenarla con
miles de cosas, que si la carpeta, que si el estuche, que la cosmetiquera, no
metí a mi perro porque no le gusta la oscuridad pero juro que cabe mi mascota y
hasta más.
- ·
Desayuno: para empezar un día bien siempre se
tiene que tener una buena alimentación y yo en la mañana soy la persona más
estresada del mundo, así que para evitar que
perdiera un look relajado, dejé lista mi comida y lunch.
Y por último, chequé, revisé, leí y volví a verificar mi
horario una y otra vez, incluso le saqué varias copias de las cuales ya solo
tengo dos… Me agradaba mi horario y todo era perfecto pero lo que no me dejaba
pegar el ojo fue no saber cuál era mi salón. Cabe destacar que la universidad a
la que asisto no es muy grande que digamos pero parece laberinto en el cual ya
me había perdido múltiples veces cuando asistía para ver horarios, credencial,
etcétera, etcétera.
Así que mi plan era sencillo: levantarme temprano, llegar
antes a la escuela y preguntarle a todos los seguridad que me topara por el
edificio y salón que tenía marcado en mi horario evitando hacer el ridículo, ya
que algo en mí me decía que tuviera cuidado con las novatadas… obvio las series
y programas estadounidenses dejaron en mí ese miedo y obviamente nada pasó.
Pude dormir pero pareció un suspiro porque sonó mi alarma y
empecé mi plan de ataque, llegué a la escuela media hora antes, sabiendo que
mis clases empezaban a las siete. Entro por los torniquetes y todo mundo
haciendo fiesta por un nuevo semestre, dando bienvenidas, abrazos y galletas,
yo solo tenía en mente algo: mi salón y unas galletas, digo, no podía dejar
pasar la oportunidad de tener comida gratis. Me acerqué a un trabajador de la escuela y me orientó,
sorpresa, mi salón estaba en el último piso.
Considero que tengo una buena condición física, aguanto
correr por 20 minutos y demás pero ese día estaba hecha un manojo de nervios,
así que mi corazón latía como si estuviera cargando ochenta mil kilos, a mil
por hora… pero llegué a mi salón y me dio gusto saber que no había sido la
única estresada por saber qué salón era, cómo llegar y demás, mis miedos eran
absurdos.
Mi primer día fue fenomenal, pude hablar con varias
personas, debo admitir que el pelo color fucsia es una gran forma de entablar
conversación, hice amigos, reí, todo!
El resto de mi semana fue una maravilla, la universidad fue
mi pasarela y hablaba hasta por los codos, hice nuevos amigos y todos las
noches después de regresar de la universidad quedaba en mí una pregunta ¿qué
salón me va a tocar el día siguiente y a quienes veré ahí?
Sólo quiero dejar una pequeña frase que me sirvió para
empezar este nuevo ciclo y olvidarme de mis miedos:
“No habrá nada que te pueda asustar si te
niegas a tener miedo”.- Gandhi
Así que, si también inicias un nuevo ciclo como yo y eres
una chica/o univiersitaria/o solo te
quiero decir: disfruta esta etapa y no te cierres a la posibilidad de hablar
con los de tu salón, nunca sabes quienes podrán hacer un gran cambio en tu
vida.
Hasta aquí mi reporte de la semana, seguiré informando