Callada, distante, diferente pero con ideas
que ametrallan la realidad, conformándose con experiencias y realidades
alternas. Todo esto conforma a una joven de tan solo diecinueve años que
prefiere quedarse en casa con sus collages y libros, en lugar de irse a
“reventar” con sus amigos.
Su nombre es Daphne y en sus ojos posee historias
y secretos que sólo el viento conoce y se lleva a diario.
Le gustan muchas cosas, se propone acabar
libros en una semana pero es mala recordando sus títulos debido a que cada
palabra escrita, cada emoción la vuelve suya. Le agrada escuchar música pero
sus autores son lo de menos, a ella le interesa sentir, imaginar movimientos
corporales que se van adaptando al compás de la melodía. La televisión no es su
prioridad pero es un escape a la realidad que va construyendo día con día,
minuto a minuto con ideas que llegan a resaltar. Ideas del futuro, el amor, la
sociedad y cómo nos adaptamos a ésta, son pensamientos callados con un simple
aparato que proyecta caricaturas vulgares y familias disfuncionales o poco
comunes.
Ella es así, fría, callada, cuenta su
historia de vez en cuando y llora en pensamientos.
Ella es Daphne.